
Datos sobre el jabón
Nuestra tecnología de elaboración utiliza exactamente el mismo proceso de saponificación en frío que se lleva usando siglos.
Historia y tecnología

La historia
La historia del jabón se remonta a miles de años atrás. No sabemos exactamente ni cómo ni cuándo descubrieron nuestros ancestros que la mezcla de ceniza de madera y grasa genera un proceso de saponificación y sirve para lavarse las manos y la ropa. Los primeros jaboneros utilizaban grasa animal, que había que hervir antes y durante el proceso de saponificación. Evidentemente, a pesar de sus propiedades limpiadoras, la apariencia y el olor de este jabón no eran demasiado atractivos.
Pero en el antiguo Egipto, Grecia y Roma ya había jabones elaborados con aceites puros de oliva o laurel y perfumados con esencias naturales. Así es como se descubrió el proceso de saponificación en frío. Como los aceites vegetales eran líquidos, no hacía falta hervirlos, lo cual permitía que los jaboneros pudieran utilizar diferentes aditivos naturales, como aceites esenciales y extractos vegetales, preservando sus cualidades y aromas en el jabón sólido. Los jaboneros medievales mediterráneos aceptaron como patrón de oro este proceso que, en ocasiones, incluso fue objeto de decretos reales.
Tecnología de la elaboración del jabón
Al mezclar aceite vegetal y sosa cáustica se produce una reacción de saponificación. Al final de este proceso, lo que tenemos es jabón y glicerina. En el proceso de saponificación en frío, la reacción entre los aceites y la solución alcalina se produce de manera natural a alrededor de 35-40 °C, lo cual no altera las propiedades de los aceites—elegidos por sus cualidades— y la glicerina —tan suave e hidratante para la piel humana— permanece totalmente presente durante la reacción. Nuestra selección de jabones artesanales contiene un porcentaje de glicerina del 8 % al 10 %.


Enriquecimiento con aceites nobles
Además, enriquecemos nuestros jabones con diferentes aceites nobles, conocidos por sus extraordinarias propiedades para la piel (más información en la página de Ingredientes) y algunos extractos vegetales y minerales naturales.
Elegimos uno a uno los aceites vegetales más adecuados para las características que queremos que tengan nuestros jabones. También elegimos las sinergias de fragancias o dejamos el jabón con su fragancia natural sin aditivos.
Tras la reacción de saponificación, hay que esperar varias semanas más para que el jabón madure: este es el tiempo de curado. Durante este periodo, se sigue prestando mucha atención al jabón, que se mantiene en un lugar oscuro. El control de la temperatura y la humedad es esencial para garantizar la calidad del producto final.
Tras este periodo de tratamiento, el jabón está totalmente listo y solo queda cortar el bloque sólido en pastillas, que se empaquetan de forma cuidadosa después de haberles añadido nuestra marca.
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